Sus precedentes

Encontramos su origen en el siglo XVII, pero mucho más atrás en el tiempo hay muestras de ellas.
En la Columna de Trajano de Roma aparece la imagen en relieve de un soldado romano del siglo
II a. C. con un pañuelo anudado al cuello, y es que algunos legionarios utilizaban el conocido
como focaleo o sudarium, una especie de bufanda que les protegía el cuello al aislar la piel del
roce de la armadura y el casco. En la antigua Roma también utilizaban un pañuelo similar las
mujeres de elevada clase social y los oradores, que así protegían sus cuerdas vocales para no
quedarse afónicos en sus discursos.
También los antiguos griegos tenían una prenda similar y así vemos en una estatua griega de la
diosa Isis, que sostiene un sistro y luce sobre el pecho una especie de tira con un botón labrado
en su centro, considerado como el pasador de una corbata, y en el antiguo Egipto, donde algunos
se anudaban alrededor del cuello una soga tejida en forma de triángulo.

 

Su nombre y su difusión

Del italiano, Corvatta o cravattra, que a su vez deriva de “croata”.
Las mujeres croatas despedían a sus enamorados cuando estos partían a la guerra y les ataban
un pañuelo rojo alrededor del cuello en señal de fidelidad. Los oficiales croatas que batallaron
junto al Imperio Austro húngaro en la Guerra de los Treinta Años (1618-1648) se presentaron
delante del rey de Francia Luis XIV para ofrecer sus servicios. Vestidos con su traje tradicional
llevaban un pedazo de tela blanca conocido como hrvastka, que en croata significa “Croacia”.
Anudado en forma de rosa, colgaban las extremidades de la tela sobre el pecho. Le gustó tanto al
rey francés, que lo incorporaría en su ejército personal y desde entonces pasaría a conocerse como
la Royal Cravette.
Durante la Revolución Francesa las clases sociales altas lo incorporarían en sus atuendos, una
moda que resultaba ser muy cara al tener que pagar mucho más que el salario medio de una
persona acomodada. Por aquél entonces también adquirió valor político, y los revolucionarios
llevaban una corbata negra, mientras que los contrarrevolucionarios, blanca. La adaptarían con
el nombre de cravate difundiéndola por todo el mundo, incluso en el continente americano,
donde se conocerá como bandanna, consistiendo esta en un pañuelo estampado anudado con
un lazo.
Muchos recordaréis a Beethoven luciendo una enorme corbata, y en el siglo XIX, el elegante lord
inglés George Bryan Brummel, introduciría el uso del almidón en sus enormes corbatas para
facilitar la tarea de anudársela, acción que necesitaba la ayuda de dos personas.
El señor Beausset, prefecto de palacio de Napoleón Bonaparte, cuenta una anécdota curiosa
respecto a las corbatas del emperador. Siempre llevaba una negra con borde blanco, a excepción
del 18 de junio de 1815, día recordado por todos por su derrota en la batalla de Waterloo, y en
especial por él, arrepentido por cambiársela antes de entrar en acción.
La moda de llevar corbatas en los colegios y clubs ingleses viene del año 1880, en Oxford´s
University Exeter College, donde las mujeres tenían la costumbre de atar las cintas de los
sombreros de paja con un sencillo nudo alrededor del cuello. El 25 de junio encargarían la
confección de corbatas con los colores correspondientes a los distintos clubs para diferenciarse
entre ellos, propagándose con gran éxito por todo el país.

 

Las actuales corbatas

En el siglo XIX las corbatas podíamos encontrarlas de tres colores: blancas, negras o grises. Esto
no significaba que no se emplearan otras, de hecho, las estampadas comenzaron a
comercializarse en el noroeste de Inglaterra a principios de siglo por la clase media, que buscaba
esa distinción de la clase alta.
Encontramos materiales muy diversos en su elaboración -la seda es el que prima más, pero las
hay hasta de madera- y los actuales modelos se originan de 1924, cuando el neoyorquino Jesse
Langdorf la ideó con el objetivo de utilizar menos cantidad de tela, creando el típico corte
diagonal en su extremo inferior siguiendo la trayectoria del hilo y evitando que se desgastaran
pronto, pues en el corte que se realizaba hasta entonces hacía que se estropearan antes. Patentó
su invento y se divulgó hasta nuestros días.
También debemos tener presente que las corbatas ocultan los dichosos botones de las camisas,
algo que se agradece, y que por ellas se modificaron los cuellos de las camisas.

la estamos reescribiendo.

— EN BREVE —

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